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ATENEO de MELIPILLA Juan Fco. González

Jaime Romanini Gainza

<em>Jaime Romanini Gainza</em>

Amor

Fuerte rugido
que estremece mi carne.
Volcán de impetuosa lava,
de ardiente simiente,
de luz enceguecedora.
Eres suave mano
que acunas dulcemente
un pecho por llagas surcado.
A tu mirada
mi alma es agua quieta,
mar calmo,
estrella reluciente.
Silencio que dice todo,
miradas que traspasan,
arrullo que duerme.

Epitafio

Soy una triste sombra que se desdibuja ante tu mirada.
Soy el fantasma de tus ardientes latidos.
Soy el atardecer gris de un día soleado.
Soy la esperanza abortada de tus deseos más íntimos.
Soy la orgullosa torre que se aleja en el tiempo.
Soy el que quiso combatir los molinos de viento.
Soy el que se cargó de ilusiones
y se hundió en la desesperanza.
Soy quien creó para ti las aladas mariposas que hoy,
destrozadas, han caído a tus pies.
Soy canto roto, débil murmullo en el recuerdo.
Soy volcán ardiente aprisionado en tu frío corazón.
Soy el que, confiado, se sacó la armadura
y está herido por tu desdén.
Soy el que ha sangrado las espinas
que pusiste en el camino.
Soy el que debe morir por el pecado de amarte.

El suicidio

Vas por el sendero oscuro,
ese del llanto,
el de las muchas sombras.
Como tú, como tantos.
Vas por el sendero gris
pisando puñales,
con las carnes abiertas.
Cargando el Temor,
huyendo del silencio.
Quisiste escapar
de tus fantasmas
y en el instante decisivo
te entregaste a ellos
con pasión,
cómo buscándolos.
Como esperando
su compañía
en el negro remolino
de la eternidad.

La vid

Mis sarmentosos brazos
abarcan el mundo todo
con firmeza y cariño.

Generosos,
reparten dulce licor,
fresca sombra.

Se enroscan cálidamente
sobre las flores dormidas,
se desplazan ágiles
en las delgadas cuerdas
y juegan alegres
con los arroyos cantarinos.

Mis sarmentosos brazos
invocan al sol
de invierno,
traen la mas dulce
alegría del otoño
y sostienen
un verde toldo
para los cansados viajeros
de verano.

Mi mundo

¿Cuándo dejarás nuevamente
tus cigarros vestidos de besos
en mi alcoba ?
¿Cuándo mi corazón
palpitará de nuevo
sus agrios mordiscos
en la impaciencia
de tu espera ?
¿Cuándo sentiré
la calidez de tu cuerpo entibiar
mis cansados huesos ?
Mi mundo sigue tu estela
acariciando recuerdos,
viviendo suspiros,
muriendo en silencio.

Obsesión

Mi pensamiento está fijo,
como clavado con saña
en el paisaje,
en el tiempo,
en el abandono …
Obsesionado por tu imagen
recorro descalzo
mi camino de espinas
donde estás tú,
presente en innumerables espejos,
con tu recuerdo sangrante,
con tu calor que hiere,
con tu amor marchito..

El silencio

El silencio
es hijo del reposo,
la lejanía
y la muerte.
El silencio
es hermano
del velo,
de la brisa
y del rumor.
El silencio
es padre del suspiro,
del pensamiento
y del adiós.

(Del libro "Los de la vuelta de la esquina". Publicado el año 2004)


Distante

Distante te veo
nocturna Melipilla
mientras mil luciérnagas juguetean
en mil rincones secretos.
Distante te admiro
querida Melipilla
mientras mil luces centellean
en mil distantes faroles.
Distante te recuerdo
maternal Melipilla
mientras mil añoranzas iluminan
a mil conocidas imágenes.
Distante te observo
mágica Melipilla
mientras mil guiños
me hacen mil estrellas.
Distante te imagino
futura Melipilla
mientras mil pasos
se encaminan a mi tumba.

Manuel (al Tuta Nena)

Manuel, el tonto del pueblo, caminaba con su rubio pelo desordenado, sucio y lacio. Vagaba por las calles de tierra con su mirada azul. A veces, un grupo de chiquillos lo seguía un par de cuadras, burlándose. En algunas ocasiones, uno de los niños, de repente, sin saber por qué, se ruborizaba de sus burlas y, colorado, se alejaba del grupo hasta que otra cosa los entretenía.

Andaba Manuel desastrado. Los zapatos rotos, el pantalón sucio, la camisa suelta y una extraña expresión en sus ojos. De pronto, cambió su mirada, sus ojos se agrandaron, se hicieron más claros, transparentes y vivos. Había visto un niño casi recién nacido que su madre acunaba tras una ventana. Se acercó vacilante y lento. La mujer, ensimismada, al principio no lo vio, luego se asustó y quedó muda, la vista fija, inmóvil. Manuel se acercó más al infante y con su lengua torpe le preguntó :

¿Recuerdas cómo es Dios, que de repente lo olvido?

Melipilla

Vienen desde los puntos cardinales los cuatro
espíritus que dieron nombre a Melipilla;
Del norte viene el espíritu del Sol,
todo fuerza y ardor.
Del sur viene el del Viento,
audaz y veloz.
Del este viene el espíritu de la Nieve,
bello y poderoso
y del poniente llega la Lluvia
con su retumbar de cañones.
¿Porqué llegan ellos aquí?
¿Porqué ha sido siempre éste
un lugar de encuentro?
Quizás por sus noches calladas,
quizás por la magia de su luna,
quizás por el hechizo de sus mujeres,
o quizás por la energía que,
vital, trasmite.
Melipilla, hembra campesina
bella y generosa
siempre tierna y acogedora,
vestida de flores,
bella señora.
Melipilla, macho bravío y vital
siempre fuerte y seguro,
semilla fértil,
corazón puro

(Del libro “Melipilla: lugar de encuentro”. Publicado el año 2006)

Afuera es noche

Afuera es noche.
Caen sombras persistentes
en los oscuros tejados,
recibiendo el pesado canto
de unas melancólicas gotas.

Afuera es noche
y tú callas.
Callas ...
Tus pensamientos
anhelan esta noche
y suplican mi silencio.

Afuera es noche,
me persiguen
los acompasados sonidos
que taladran mi memoria.
Reviven tu añoranza.

Afuera es noche
y se escurren
mis azules sueños
en el fugaz intento
de apresar
tus tiernos pensamientos.

Internet

Mágica luz
de humanas palabras.
Por tus venas
se pasea el hombre
en pos de tiernas quimeras
y afiebrados sueños.

Fresca mensajera del mañana,
sendero de todas las lenguas,
crisol de alocadas ideas,
fuente de conocimiento.

Mágica luz
De voces entrelazadas,
Templo de técnicos dialectos,
Camino de jóvenes esperanzas.

En blanco...

Este papel en blanco
espera un arrullo,
una muestra de cariño,
un grácil arabesco
que guiñe sus ojos
sobre este albo océano
en busca de enérgicas letras
y tiernos dibujos.

Este papel espera
una mirada atenta,
un destello de diamante,
un sueño dibujado,
una emoción vaciada.

Sin embargo
la mente está vacía
sin que salten imágenes
cual dorados fantasmas
inundando los sentidos,
estremeciendo el corazón.

A mi tierra

La noche cubre
con su negro velo
la cinta sinfín
bajo mis cansados pies.
Distante se oye
la nocturna llamada
de un ave
y el canto triste
de un grillo
de invierno.
Piso el sendero
pensando en este país
de incontables rincones
que aún esperan
maravillar mis sentidos,
tensar las cuerdas de mi alma,
sorprender mi pensamiento.
Imagino incontables sombras
bebiendo aire a bocanadas,
hundidas en sus sueños,
atadas por recuerdos,
enmarcadas entre mar y montañas,
eterna presencia del Yo colectivo.
Mis pasos acompañaban
los lentos reflejos
de una nación dormida,
de un sueño solidario,
de una ilusión por despertar.

( Del libro “Vuelos literarios 3”. Publicado el año 2001)

2 comentarios

camila marin -

hola me encantaron tus poemas por los sufrimientos de la vida misma , me motivo tu dolor y tu pasion y tu renacer y tu fortaleza chao que estes bien .

osvaldo perez -

no me extraña poeta, estos versos.
felicitaciones